domingo, 26 de octubre de 2008

La Mujer del Anaquista & Retorno a Hansala

Hoy domingo por la mañana he visto dos películas de la sección oficial de la Seminci.

La primera, una coproducción alemana, francesa y española sobre la guerra civil con Juan Diego Botto haciendo de anarquista y María Valverde haciendo de su mujer: La Mujer del Anarquista. Se hace larga, un poco tostón, de esas películas pretenciosas que parece que terminan dos o tres veces y siguen liándose, que parece que quieran ser perfectas y acaban por aburrir. Al final el círculo que abre se cierra, pero despues de liar demasiado la madeja.

Más que contar las penurias de la guerra -que por supuesto están presentes- cuenta las penurias de la protagonista, que lleva en su amor por el anarquista desaparecido en batalla un idealismo enfermizo que no logra convencer. Muy de película. Lo más interesante, el desarrollo del personaje de la hija, que es la más lista de la historia y lo peor, el ritmo, lento, y que seguramente esta peli se llevaría más de un Goya. Estas pretenciosidades gustan bastante en España. Por cierto, que Juan Diego Botto actúa muy bien. Sorpresa.
Película acogida con total indiferencia en la sala.

La segunda peli en cuestión, Retorno a Hansala, de Chus Gutiérrez, trata el tema de la inmigración y más en concreto de las pateras que llegan de Marruecos. Es lo que tienen los festivales de cine. ¿Que no has tenido bastante con el culebrón de la guerra civil?. Pues espérate. Justo antes de entrar a la sala leí en el periódico que era una película tristísima. Con esa idea entré de nuevo en el cine. Un poco rallado, porque yo no voy al cine a sufrir, a pasarlo mal. Pero a mí, increíblemente, me pareció casi una comedia.

Una "comedia" cuyo punto de partida no tiene ninguna gracia: un hombre -que se está separando porque su mujer se tira a otro-, tiene una funeraria -que amenazan con embargarle- y sus principales clientes son los cadáveres que llegan a las playas de Algeciras. Los acontecimientos se suceden y tiene que viajar a Marruecos con una marroquí que, por 3.000 euros, quiere repatriar a un hermano suyo que ha muerto en una patera. Un drama social con algo de road movie que comienza tan solemne que uno se espera lo peor: todos los ingredientes está presentes, los muertos, el dolor,... Pero la manera en la que el protagonista reacciona al choque cultural que supone el viaje es genial, y algunas líneas del guión, dentro siempre del dramatismo social, parecen escritas por Joaquín Reyes. Me parece un gran logro que esto no empañe la exposición y el dramatismo de la historia. Los títulos de crédito, eso sí, se encargan de dejarte destrozado. Por si acaso te habías reído. Cifras y titulares de lo que es la realidad de las pateras que aperecen y desaparacen.

Una película muy recomendable si uno tiene paciencia y los huevos suficientes.
Película bastante aplaudida.

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