viernes, 31 de octubre de 2008

El Frasco & La Ventana

Penúltimo día de cine y menos mal, porque estoy ya un poco saturado de historias. Aunque inteligentemente la organización programó las películas más densas y pretenciosas los primeros días, se hace largo.

La primera película de hoy me ha decepcionado un poco. El Frasco, del argentino Alberto Lecchi, parece casi un telefilme. Es la primera película que veo que recomendaría ver en la tele porque estéticamente es normalita. Eso daría igual en una película divertida, creíble, con chispa. Más que divertida, diría yo que esta lo pretende, pero se queda en entretenida (que no es moco de pavo). La historia es poco creíble. Mi opinion sobre las comedias románticas es que lo cómico ha de casar con lo romántico; los chistes deben salir de situaciones ingeniosas, y aqui no lo acabo de ver. La chica parece demasiado tonta al no darse cuenta de nada. Y el guión en mi opinión es inconsistente, está cogido con alfileres. El pasado de los protagonistas permanece oculto hasta muy al final y me parece forzado cuando se desvela, los actores secundarios no existen (aparte de unos colgaos que serían terciarios, si se puede decir así), no dicen nada y los dos actores principales parecen españoles (lo hacen sólo regular). Aún así, entre tanta tragedia griega se agradece muchísimo el hecho de que sea una comedieta amable y optimista, que ya era hora. Sólo por eso merece la pena la hora y media que dura.


La Ventana es otra cosa. Tambien argentina, de Carlos Sorin, es visualmente preciosa. Son lo pequeños detalles los que la hacen redonda, a diferencia de la anterior. Abre y cierra con unos soldaditos de plomo dentro de un piano y con un sueño del protagonista. Pero tambien los actores lo bordan, desde el primero a último, y la historia por sencilla no deja de ser bonita. Dura poco (esto se agradece mucho), se hace corta y pese a que cuenta algo objetivamente triste, es alegre. Muy buena.
Mañana más.

jueves, 30 de octubre de 2008

Villa & Desierto Adentro


Hoy Jueves ha sido un día duro en la Seminci. No dormí demasiado anoche y lo he pagado en la segunda película, la de las 12:30. Tambien me olvidé las gafas y me senté bastante más delante de lo habitual, con la mala suerte de que en la primera película la cámara no para quieta, y acabé mareado.
Villa, la peli de las 9:30, es una producción argentina dirigida por Ezio Massa y ambientada en un ghetto de Buenos Aires, de nombre Villa. Comienza con la ceremonia de apertura del mundial de Corea y Japón del 2002 y finaliza despues del primer partido de Argentina.

Dicen que es una película sobre fútbol, pero en realidad el fútbol es sólo una excusa para retratar una forma de vida marginal donde es fácil acabar con un arma en el bolsillo. El guión, eso sí, lo sostiene el fútbol: paralelamente a la realidad está el mundial y los personajes tendrán que ideárselas para conseguir ver el partido de Argentina ya que no tienen televisión propia. Al final lo lograrán de diferentes maneras, que serán indicativas de sus maneras de ser y de su grado de conflictividad. Está contada a gran velocidad y cuenta sólo con dos actores profesionales, los demás personajes son vecinos del lugar. Me pareció un poco sosa hasta el final, que gana muchísimo en tensión. No me acordaba del resultado final del partido y no quería ni imaginarme que podría pasar si Nigeria ganaba. De todas maneras, aunque Argentina ganó finalmente 1-0 con gol de Batistuta no había final feliz posible.

Para entender los porqués de tanta oscuridad en Desierto Adentro, la segunda peli de la mañana, habría que pasarse un año entero encerrado en un pozo con su director, el mexicano Rodrigo Plá.

No recuerdo una película más siniestra en cuanto a la ambientación y la fotografía, más oscura. Se desarrolla casi al completo en el medio de la nada, en el más absoluto aislamiento, un desierto mexicano donde la imaginería apocalíptica y la superstición ocupan los únicos lugares importantes. Cuenta de manera despiadada y cruel el infierno personal de un hombre atormentado que va enloqueciendo poco a poco a través de la culpa y termina por ser verdadero culpable. Desierto Adentro describe el fanatismo religioso como el más autodestructivo de los fanatismos, que puede llegar a hacer estragos en la persona equivocada y arrastrar a toda una familia.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Estómago

La mejor película que he visto hasta ahora en la Seminci se llama Estómago. Por su sencillez, naturalidad, ¡y porque la comida está buenísima!. El festival va mejorando día a día y los tubos franceses han quedado definitivamente atrás. Qué alivio.

-Esta vez no cuento el final, aunque lo parezca. Pero si vas a verla, no sigas leyendo-.

Estómago es una deliciosa coproducción italo/brasileña dirigida por Marcos Jorge que cuenta las peripecias de un ingenuo chaval de pueblo que llega a la ciudad sin nada, se hace cocinero y acaba en la cárcel. Desde el principio está hecha sobre continuos flashbacks que narran sus peripecias en la ciudad y sus peripecias en el trullo, donde se gana el respeto de sus compañeros de celda a base de romero y tomillo.

Como todas mis películas favoritas, encierra una dosis de surrealismo macabro introducido de manera tan sutil y bondadosa que uno no se da cuenta. Así deberían ser las comedias. Afortunadamente nada artificiosa pese a lo dramático de la historia, no busca en ningún momento la emoción fácil, casi que me atrevería a decir que no busca la emoción, sino el entretenimiento, y la sonrisa (casi) constante. De los personajes no sobra ni falta ninguno, todos están genial y brillantemente interpretados. El guión es divertidísimo y va a más. La gastronomía está presente en todo momento y, como bien dice el cartel, el sexo y el poder tambien lo están. No hay nada podrido en esta película, todo está buenísimo. Genial la escena del carpaccio y del vino italiano.

Podría haber caído en manos de Roberto Begnini -habría echado aceite para cocer la pasta y la habría pifiado con su afán de protagonismo-, y tambien podría ser propia de algún primo de Tarantino: los flashbacks son tan inteligentes, sobretodo según se va llegando al desenlace, como los de Pulp Fiction, ¡por lo menos!.

La más aplaudida hasta ahora, le doy un 10.

100% Recomendada.

martes, 28 de octubre de 2008

Una Cierta Verdad & Flame y Citron



¡Notable mañana de cine en la Seminci!.

Para empezar, Una Cierta Verdad, de Abel García Roure, un documental sobre la psicosis que nos muestra el estado actual de la psiquiatría pero, sobretodo, deja hablar a los locos durante más de dos horas y logra humanizar una clase de enfermos mentales sobre los cuales existen muchos prejuicios.

Sobresale uno de ellos, que, tras haber dejado voluntariamente la medicación, recibe las visitas de un asistente social que intenta que vuelva al hospital. El paciente reclama su derecho a vivir sin drogas en un mundo, su mundo, donde el hierro y otros elementos tienen lenguaje propio e incluso alfabeto y donde los cerebros tienen radio.

No estoy muy seguro de que a la gente le haya gustado, desde luego no veo esta película en las salas comerciales. Fue aplaudidilla.

Y despues de 136 minutos de locuras cuerdas (que se hacen largos, no digo que no) y media hora para tomar un café y comer algo, otra historia sobre la segunda guerra mundial que duraba otros 130 minutos.

¡Cuento el final!

Flame y Citron, película danesa dirigida por Ole Christian Madsen, cuenta la historia real de dos amigos que forman parte de la resistencia danesa en la segunda guerra mundial. Se pone interesante enseguida y resulta muy entretenida. Retrata un mundo muy truculento lleno de agentes dobles con gabardina que fuman sin parar donde enamorarse siempre es un grave problema. O sea, cine de gángters del de toda la vida, el tipo de película que me apetece volver a ver para atar todos los cabos. Al final los dos guaperas terminan por convertirse en los héroes de la resistencia, y aunque un poco entre Rambo y un poco Scarface, les queda todo muy bien.

Esta película sí que fue más aplaudida. Tiene toda la pinta de estrenarse en las salas e incluso de optar por el Oscar a mejor película de habla no inglesa. Por cierto, que jodido parece el danés.

lunes, 27 de octubre de 2008

Más tarde comprenderás & Cerezos en Flor

Qué difícil es hacer una buena película sobre gente imperfecta a la que no le pasa nada extraordinario, ¿verdad?. Sobre las miserias cotidianas. Supongo que es casi imposible.

Despues de (sólo) cinco películas vistas de la Seminci, ya voy teniendo algunas preguntas a las que iré dando respuesta. ¿Veré alguna película donde no muera nadie? ¿Veré alguna película que, por hache o por be, no tire de efectismo?. Excepto Retorno a Hansala, que me parece tan apropiada, las demás son bastante pretenciosas. Cada una a su manera. En todas coexiste el misticismo, la tragedia. ¿Se necesita todo este artificio para hacer una buena película?.

Me ha gustado el corto neozelandés Cuidado con ese Hacha, que dura 2 minutos y, curiosamente, ha sido, en cuanto a calidad-precio lo más aplaudido del festival -que yo haya visto-. Cuando ví el título y la duración me esperé lo peor. Resultó ser simplón, directo, facilón, y con un final muy gracioso. Efectista también, pero mucho más mundano.

En favor de las películas, diré que todas están muy bien hechas, que en ninguna salen Juanjo Puigcorbé ni Jorge Sanz, ni María Barranco ni Antonio Banderas (please). Los actores, todos, están genial (incluso Botto). La fotografía siempre es bonita y las cámaras deben costar un pastón. La música tambien es por lo general muy bonita.


Advertencia: Si vas a ver estas pelis, no leas más, porque pienso contar el final.


Más tarde comprenderás, primera película del día, francesa, dirigida por Amos Gitai, trata la memoria histórica de la ocupación nazi y las consecuentes salvajadas efectuadas contra los judíos.

Me pareció básicamente un rollo. A ver si me explico: Un parisino, educado en el catolicismo pero de ascendencia judía, trata de investigar la historia -que por otra parte ya conoce- de sus abuelos, que fueron trasladados a un campo de concentración. Su madre, una mujer muy suave, que parece un poco ida pero en paz con el mundo, se negará a ahondar en el tema y,... y ya no me acuerdo de que más pasa.

Casi al final de la peli y antes de morir, la madre romperá su silencio y entregará la estrella de David a uno de sus nietos, que no entenderá nada. Cuando muere la señora llega el rabino a la casa y organiza el duelo judío, el parisino vende las pertenencias de su difunta madre y recibe por parte de unas funcionarias una cuantificación de los perjucios producidos por los nazis. Y él se queda mirando por la ventana la torre Eiffel. Fin.

Lo mejor, sin duda, Jeanne Moreau, que lo borda, y la música. Lo peor, que no me dijo nada.

Película aplaudida (sólo) por mi madre, a la que le ha encantado. ¡Qué envidia!


La segunda: Cerezos en Flor, es alemana, y está dirigida por Doris Dörrie. Su comienzo es muy prometedor, y luego no tiene ni pies ni cabeza en mi opinión y en ocasiones roza el mal gusto.

La película presenta una simpática pareja de alemanes ya entrada en años que vive en las montañas. La mujer descubre que el marido tiene una grave enfermedad y se lo oculta, tras lo cual le convence para ir a Berlín a ver a sus hijos, a los que no ven muy a menudo, y a los que tambien oculta la verdad. Así se va descubriendo la bonita relación de amor que ambos mantienen, marcada sin que él lo sepa por la inmediatez que su enfermedad confiere a los acontecimientos. Ella ha renunciado a algunos sueños por él, él lo sabe, pero su amor vale más que todos esos sueños. Este relato es muy bonito y me gusta cómo están reflejadas las relaciones entre padres y entre padres e hijos: el costumbrismo del padre, que es un poco cascarrabias pero de trato muy amable, el idealismo de la madre, que es la única que sabe la verdad, y la necedad de los hijos, que se creen muy listos y son un tanto ignorantes.

Pero quien muere repentinamente es la mujer -los hijos ni siquiera van al entierro-. A partir de aquí no me parece creíble. El hombre decide irse a Tokio, donde vive el tercero de sus hijos, -que es igualito que Michael Schumacher- y así cumplir uno de los sueños de su mujer: ir a Japón, de donde es originaria un tipo de danza tipo mimo que le gustaba mucho. El hijo, de nombre Karl, acoge de mala gana a su padre y le deja tirado la mayor parte del tiempo. Parte del duelo del padre es bonito, se viste por ejemplo con la ropa de ella porque no entiende dónde está (ella). ¿Pero por qué hecer ese duelo en Japón..? Su hijo pasa de él, y en una ocasión el padre se emborracha y acaba yéndose de putas (¿?¿¿?¿?), episodio de gusto dudoso que no pega ni con cola y da mucha pena. El tal Karl, en otra ocasión, se emborracha muchísimo y se pone a insultar gravemente a su padre, ante lo cual éste no dice nada y continua vivendo en su casa. Esto tambien me dió rabia. No había necesidad de aguantar algo tan desagradable.

Finalmente, y con la ayuda de una simpática bailarina de buhto (la danza) de 18 años que vive en un parque, el hombre hará realidad otro de los sueños de su mujer: visitar el monte Fiji. Una vez visto el monte, aflorará su enfermedad y morirá en paz tras una apocalíptica escena en la que, frente al monte, baila con su mujer. Ah! Y casi se me olvida. De postre tenemos la escena de la incineración con el esqueleto medio quemado que tambien me pareció prescindible y no a lugar.

Cuando en una película siento rabia es que me está gustando y de repente pierde credibilidad. Ya les he cogido cariño a los personajes. No es demasiado creíble según se presentan los personajes que el padre vaya a llevar una vida como la que lleva en Japón. Mucho más creíble habría sido que, aún roto por la ausencia y visto el desprecio de su propio hijo, hubiese continuado con su vida en las montañas.

domingo, 26 de octubre de 2008

The Lemonheads en Valladolid


El sábado por la noche fuimos Kike y yo a ver a los Lemonheads y a descubrir que Evan Dando no se ha cambiado de ropa desde los tiempos de grunge. Apareció en escena de esta guisa que se observa en las fotos. Camiseta (con agujero) de Iron Maiden, vaqueros rotos al más puro estilo Seattle de toda la vida y zapatillas Converse.

El lugar del concierto, el Teatro Cervantes, es un teatro pequeñito, más pequeño que el salón de actos de un colegio, y la gente esperaba tranquilamente sentada en sus asientos. Yo creo que, al igual que yo, nadie se esperaba gran cosa. Kike y yo, que teníamos la fila 3 -estábamos al ladito del escenario- mantuvimos la mítica conversación: Si pudieses elegir, ¿a quién te gustaría ver aquí esta noche?. Kike dijo The Cure o Radiohead, y yo estuve de acuerdo, aunque tambien se me ocurrían otros grupos como Sonic Youth o Red House Painters (o incluso Sr. Chinarro, que es mi ídolo). Somos, cada uno a nuestra manera, bastante predecibles supongo. Tres escaleritas y un par de metros nos separaban del escenario.

Cuando salió Mr. Dando, caminando un poco torpe y encorvado, la gente aplaudió con bastante moderación, algunos grititos incluidos y el bajista, muy sonriente él, dijo "you guys seem very relaxed". Evan se presentó y dijo, con una alegría evidente, que era el último show de la gira, y empezaron a tocar My Drug Buddy. Me sorprendió que el tipo chapurrea español, con un "qué pasa con los seats? ¿cómo se dice seat? ¿Qué pasa con los asientos?" incluido antes de tocar Style.


Yo había perdido de vista a Lemonheads hace años, no tenía ni idea de que iban a sacar disco, pero un concierto así en Valladolid no podía perdérmelo. Una vez comprada la entrada había buscado vídeos en YouTube de su gira actual y me habían horrorizado. Salía Evan Dando desafinando un montón, él sólo con una guitarra que parecía desafinada, un desastre, vamos. Y claro, fui al concierto esperándome lo peor. Unos tipos acabadísimos. Pero como suele pasar en esas ocasiones, no estuvo tan mal. La guitarra estaba afinada y Evan Dando sólo desafinó a veces. ¡Un triunfo, vamos!.

Y los Lemonheads dieron el concierto más amateur que recuerdo haber visto nunca. Más amateur que el cantautor del barrio que toca de vez en cuando en el bar de abajo. Despues de My Drug Buddy, Evan se acercó al bajista y le preguntó: "what you wanna play?", y el bajista le dijo el nombre de una canción, se descojonaron y se pusieron a tocar otra vez. Ni setlist ni leches. ¡Si llega a salir Fran Nixon de Australian Blonde el teatro se cae!

Cayeron muchos clásicos, pero tambien se dejaron muchos en el tintero. No sonó Mrs. Robinson, ni It´s About time, ni I´ll do it anyway, pero sí sonaron It´s a Shame about Ray, Into your Arms, My drug buddy, Big Gay Heart, Down about it, Style y algunas otras que conocía pero no por el nombre. Tocaron sólo hora y veinte, y se fueron sin más. Incluyendo el rato "de relleno" que Evan Dando se quedó sólo en el escenario y, cual cantautor pesao, tocó lo que le dió la gana enlazando caniones, pasando un poco de todo.



Creo que al final se lo pasaron medianamente bien, casi tan bien como tres adolescentes que ensayan en un local cancioncillas sin pretensiones. Aunque mejor me lo pasé yo, que no paré de hacerles fotos y grabarles vídeos con mi mierda de cámara (los enlaces son a vídeos que aunque son malos pues molan).

Y no dieron más de sí, porque no se podía dar más de sí en un plan tan amateur. No hubo excesiva conexión con el público y más que un grupo mítico parecían, como digo, unos adolescentes tímidos tocándose unas cancioncillas en las fiestas del colegio. Y eso, por encima del sonido, la entrega y las canciones, fue con diferencia lo que más moló del concierto.

La Mujer del Anaquista & Retorno a Hansala

Hoy domingo por la mañana he visto dos películas de la sección oficial de la Seminci.

La primera, una coproducción alemana, francesa y española sobre la guerra civil con Juan Diego Botto haciendo de anarquista y María Valverde haciendo de su mujer: La Mujer del Anarquista. Se hace larga, un poco tostón, de esas películas pretenciosas que parece que terminan dos o tres veces y siguen liándose, que parece que quieran ser perfectas y acaban por aburrir. Al final el círculo que abre se cierra, pero despues de liar demasiado la madeja.

Más que contar las penurias de la guerra -que por supuesto están presentes- cuenta las penurias de la protagonista, que lleva en su amor por el anarquista desaparecido en batalla un idealismo enfermizo que no logra convencer. Muy de película. Lo más interesante, el desarrollo del personaje de la hija, que es la más lista de la historia y lo peor, el ritmo, lento, y que seguramente esta peli se llevaría más de un Goya. Estas pretenciosidades gustan bastante en España. Por cierto, que Juan Diego Botto actúa muy bien. Sorpresa.
Película acogida con total indiferencia en la sala.

La segunda peli en cuestión, Retorno a Hansala, de Chus Gutiérrez, trata el tema de la inmigración y más en concreto de las pateras que llegan de Marruecos. Es lo que tienen los festivales de cine. ¿Que no has tenido bastante con el culebrón de la guerra civil?. Pues espérate. Justo antes de entrar a la sala leí en el periódico que era una película tristísima. Con esa idea entré de nuevo en el cine. Un poco rallado, porque yo no voy al cine a sufrir, a pasarlo mal. Pero a mí, increíblemente, me pareció casi una comedia.

Una "comedia" cuyo punto de partida no tiene ninguna gracia: un hombre -que se está separando porque su mujer se tira a otro-, tiene una funeraria -que amenazan con embargarle- y sus principales clientes son los cadáveres que llegan a las playas de Algeciras. Los acontecimientos se suceden y tiene que viajar a Marruecos con una marroquí que, por 3.000 euros, quiere repatriar a un hermano suyo que ha muerto en una patera. Un drama social con algo de road movie que comienza tan solemne que uno se espera lo peor: todos los ingredientes está presentes, los muertos, el dolor,... Pero la manera en la que el protagonista reacciona al choque cultural que supone el viaje es genial, y algunas líneas del guión, dentro siempre del dramatismo social, parecen escritas por Joaquín Reyes. Me parece un gran logro que esto no empañe la exposición y el dramatismo de la historia. Los títulos de crédito, eso sí, se encargan de dejarte destrozado. Por si acaso te habías reído. Cifras y titulares de lo que es la realidad de las pateras que aperecen y desaparacen.

Una película muy recomendable si uno tiene paciencia y los huevos suficientes.
Película bastante aplaudida.

sábado, 25 de octubre de 2008

Captain Abu Raed


¿Es Chanquete? Sí, es el Chanquete de Jordania, Abu Raed, protagonista de la bonita película inaugural de la SEMINCI, que comienza con cierta polémica. El director novel de la cinta, el jordano afincado en EEUU Amin Matalqa, presentó su película como la primera producción jordana en cinco décadas, y así lo descataban los medios de comunicación. Qué raro, pensé yo. Un vistazo a las reseñas en IMDB y me encuentro con algunos comentarios que acusan al director de querer darse promoción con una afirmación que, según ellos (y la wikipedia), es falsa. No hay muchas películas jordanas pero parece que haberlas, haylas.

Y esta supuesta avaricia contrasta totalmente con los valores que plantea la película. Aunque al principio parece una sencilla historia costumbrista en plan Verano Azul, con un anciano y unos niños a los que éste entretiene inventándose historias, la película va convirtiéndose poco a poco en un drama social acerca de los problemas de las familias del barrio vistos a través de los niños -conflictos ante los cuales el anciano tendrá que mediar- y, ya en el desenlace, la historia se centra en una de las familias y en el problema de los malos tratos. Afortunadamente este giro tan crudo se produce muy al final y la película es muy entretenida, y casi diría que predominan la estupenda fotografía y los toques humorísticos ante el realismo cruel que termina dictaminando los destinos del protagonista.

En el pase, a las 12:30 en el cine Manhattan, no faltaron los habituales toques de humor de la organización: una vez empezada la peli se pudo ver proyectado en la pantalla el escritorio del windows durante unos segundos mientras se intentaban fijar los subtítulos. Esta chapuza produjo en el público asistente risas histriónicas y aplausos.

La peli fue aplaudida con moderación.

martes, 21 de octubre de 2008

15 años de Katy Song




El título del post es sólo una excusa: Desde que dije que Mark Kozelek parecía colocado de tranquilizantes y desesperado por echar un polvo, me siento mal. Y a raiz de esto he vuelto a escuchar a Red House Painters, grupo que el Sr. Kozelek lideraba en los 90 y que me obsesionó durante tanto tiempo. La palabra kozelek se convirtió en la contraseña de mi correo, mi nombre en algunos foros. He recordado tambien el día, en 2001, que los ví tocar por primera vez, sentado en una esquina del patio de butacas del Shepherd´s Bush Empire. De la emoción de las horas previas, del viaje en metro, del concierto, del viaje de vuelta en autobús. Horas que nunca olvidaré. He buscado la entrada de aquel concierto por todas partes, en algún lado está. Quería hacerle una foto y ponerla aquí, pero sólo he encontrado una entrada exactamente igual que pone "Stephen Malkmus".

Cierto es que en estos tiempos aprecio más la naturalidad que el rollo obsesivo, oscuro y siniestro que emana de la música y las letras de Red House Painters. Aprecio más a Lambchop, como decía el otro día, o quizás debería decir escucho más a Lambchop simplemente. Pero no siempre fue así.

Y es que Red House Painters representan el desamor obsesivo cantado por quien deja, no por quien es dejado. Ese desamor que, cuando no se puede explicar, es un vacío mucho más doloroso que el amor. Es la impotencia de no poder hacer nada y la imposibilidad de continuar.

Y esto es Katy Song, canción que estaba en el disco homónimo por todos conocido como "el de la montaña rusa". Dedicada a la novia de Kozelek durante 4 años a la que él dejó, la letra es un agónico y sentido adios:
"...but there in the clearing I
know you'll be wearing your
young aching smile and
waving your hand
Can't go with my heart when I can't feel what's in it...
...
...from my fingers to your bitter face
that I can't heal
I know tomorrow you will be somewhere in london living with someone
you've got some kind of family there to turn to
and that's more than I could ever give you..."

Recuerdo perfectamente la primera vez que escuché Katy Song. Estaba en cuarto de carrera. Lo que tanto me fascinó no fue la letra, que no entendí, sino aquellas suaves guitarras, disonantes, lentas y melancólicas. Aquel bajo que de repente hacía notas raras dentro de una estructura tan sencilla. Aquella batería limpia, tan americana. Y aquella voz tan solemne. Era algo totalmente nuevo. La disonancia, que entonces para mí era el verdadero virtuosismo, por fin era elegante y tenía armonía.

Aún siendo una de mis canciones favoritas, Katy Song no es mi canción favorita de Red House Painters, pero es la más significativa. De paso, tambien es una de las canciones más bonitas jamás escrita.

sábado, 11 de octubre de 2008

Esto sí que tiene coña



No puedo resistirme a hacer una entrada sobre la GENIAL declaración a micrófono cerrado-abierto de Mariano Rajoy acerca de sus planes para mañana: el desfile por el día de la Hispanidad. Cómo me gusta este tema de los micrófonos cerrados-abiertos. Con este invento podemos descubrir de una vez por todas quién tiene sentido del humor y quién no.

Mariano Rajoy: "Mañana tengo el coñazo del desfile... en fin, un plan apasionante".

Esto es sentido del humor. Que el jefe de PP tilde el desfile sarcásticamente como "un plan apasionante" me parece muy gracioso. El tema es portada en Público.es, que hace la pataleta comparando la cuña con un discurso suyo el año pasado invitando a todos a participar con orgullo en el día de la Hispanidad. Una cosa es que Rajoy represente su papel e invite a la hispanidad del 12 de Octubre y otra que a título personal le parezca un coñazo el desfile (que no el día). Un cero para Público, demagogia barata y poca imaginación. ¿No hay asuntos más interesantes que poner en portada?.

Y, para terminar con el rollo del 12 de Octubre, una lista de canciones para escuchar ese día que ha hecho george_best y que sale en Soitu. Lo más divertido, este extracto de la canción de los Pogues: “Now he has won chochona in the bingo / All the town has watched this crazy gringo”.

1. Gorky’s Zygotic Mynci: Spanish dance troupe’
2. Galaxie 500: King of Spain
3. Aztec Camera: ‘Spanish horses’
4. Elvis Presley: ‘Never been to Spain
5. The Doors: ‘Spanish caravan
6. Jimi Hendrix: ‘Spanish castle magic
7. The Clash: ‘Spanish bombs
8. The Stranglers: Spain
9. The Pogues: ‘Fiesta
10. New Pornographers: ‘Sing me Spanish techno
11. Manic Street Preachers: ‘If you tolerate this your children will be next
12. Slowdive: ‘Spanish air
13. Kristin Hersh: ‘Spain
14. The Decemberists: ‘Kingdom of Spain
15. Bob Dylan: ‘Boots of Spanish leather
16. Miles Davis: ‘Spanish key

Spielberg y Lucas violan a Indy





Trey Parker y Matt Stone, creadores de South Park, han dejado claro lo mala que les parece la última peli de Indiana Jones en el último episodio de la serie, donde Lucas y Spielberg violan a Indy; en la misma película, repetidas ocasiones y diferentes escenarios. O sea, con mucha sorna.
En los USA se ha creado mucha polémica según parece, aunque de repente parece que nadie hubiese visto antes South Park.

El episodio, que se puede ver aquí, es malísimo, por cierto, de los peores que recuerdo, pero mola que hayan cargado contra el nulo respeto que Lucas y Spielberg han mostrado por un personaje tan mítico del cine de aventuras como Indiana Jones al hacer una cuarta entrega tan lamentable.