miércoles, 29 de octubre de 2008

Estómago

La mejor película que he visto hasta ahora en la Seminci se llama Estómago. Por su sencillez, naturalidad, ¡y porque la comida está buenísima!. El festival va mejorando día a día y los tubos franceses han quedado definitivamente atrás. Qué alivio.

-Esta vez no cuento el final, aunque lo parezca. Pero si vas a verla, no sigas leyendo-.

Estómago es una deliciosa coproducción italo/brasileña dirigida por Marcos Jorge que cuenta las peripecias de un ingenuo chaval de pueblo que llega a la ciudad sin nada, se hace cocinero y acaba en la cárcel. Desde el principio está hecha sobre continuos flashbacks que narran sus peripecias en la ciudad y sus peripecias en el trullo, donde se gana el respeto de sus compañeros de celda a base de romero y tomillo.

Como todas mis películas favoritas, encierra una dosis de surrealismo macabro introducido de manera tan sutil y bondadosa que uno no se da cuenta. Así deberían ser las comedias. Afortunadamente nada artificiosa pese a lo dramático de la historia, no busca en ningún momento la emoción fácil, casi que me atrevería a decir que no busca la emoción, sino el entretenimiento, y la sonrisa (casi) constante. De los personajes no sobra ni falta ninguno, todos están genial y brillantemente interpretados. El guión es divertidísimo y va a más. La gastronomía está presente en todo momento y, como bien dice el cartel, el sexo y el poder tambien lo están. No hay nada podrido en esta película, todo está buenísimo. Genial la escena del carpaccio y del vino italiano.

Podría haber caído en manos de Roberto Begnini -habría echado aceite para cocer la pasta y la habría pifiado con su afán de protagonismo-, y tambien podría ser propia de algún primo de Tarantino: los flashbacks son tan inteligentes, sobretodo según se va llegando al desenlace, como los de Pulp Fiction, ¡por lo menos!.

La más aplaudida hasta ahora, le doy un 10.

100% Recomendada.

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