lunes, 15 de diciembre de 2008

Un buen concierto entierra otro buen concierto


Como diría Aznar, ay omá vaya coñazo que pienso soltar. Despues de un mes sin actualizar resulta que de repente vivo en pecado, aunque antes quizás pecaba más, que soy un trabajador más que se levanta puteado por las mañanas como un hombre de bien y que incluso me he ido de compras y tengo jerseys nuevos -odio ir de compras pero cuando voy, una vez cada dos años, curiosamente quiero comprármelo todo-. Entre medias de tanto cambio he ido a un porrón de conciertos y he descubierto una vez más que un buen concierto entierra otro buen concierto y así se pasa la vida.

Hace siglos vimos a Maga sin saber que eran ellos y fué tan decepcionante que acabé dándole al pacharán. Despues vimos a Russian Red y me aburrí como una ostra. Para folk dame algo yanqui y no una madrileña que canta bien, pero menudo tostón. Inciso - Aún así, Laika forever, que yo soy un muermo -.

Y hace ni se sabe fuimos Zara Kebab y yo a un día de la segunda edición del CuVa (Culturetas Vanguardistas... por lo menos) en Santander. Al llegar al estupendo Palacio de Festivales bajo la lluvia, había un charla-coloquio-mesaredonda hipercómica sobre, en teoría, la organización de un festival. Un tal Jose, con su sombrero pirata estilo Fito, contaba sus historietas con la SGAE y no cesaba de repetir que él "no se bajaba música de internet" y que la juventud no sabía "a qué olía un vinilo", y que él escuchaba vinilos y cedés "que le acompañaban a todas horas mientras hacía sus trabajos" (que por cierto, no dijo qué trabajos, quizás se refería a hacer amigos en el Tuenti ó a comentar vídeos de Víctor y Ana en el YouTube, o qué sé yo). Zara Kebab se quedó con muchas ganas de hablar de la cantidad de gigas que ella se había bajado, de las maravillas del soulseek (ella es de las que sigue utilizando el soulseek) e incluso levantó la mano, pero desafortunadamente no hubo tiempo para más.

Despues de este momento tragicómico vimos a cuatro grupos.

Nos sentamos en segunda fila en el anfiteatro de lujo que es la Sala Pereda, con el escenario por debajo de nosotros y a escasos cinco metros. O sea, inmejorable. Como siempre, pensábamos, PJ Harvey, Joe Crepúsculo -Joe Crepúsculo es DIOS-, Pixies, qué genio nos gustaría que apareciese por allí.


Y aparecieron los Franz Ferdinand de Santander, Stereotypo, y Zara Kebab no dejaba de decir que "estos la lían parda en la carpa el próximo FIB, ya verás" y yo creí que lo decía de coña, pero no era así. Trajes negros, corbatas blancas, bases pregrabadas que habían pedido prestadas a Dover, dos guitarras y un batería, y canciones calcadas a FF (y una a Interpol). Eso sí, su concierto se convirtió en una fiesta como prometía el panfletillo del programa.



Despues les tocó a Secret Society, pero no triunfaron porque no era el día aunque hay que reconocer que el muchacho canta bien y toca bien, y sus canciones no están del todo mal. Pero despues de Franz "Stereotypo" Ferdinand no pegaba y además Secret Society es uno de esos grupos que tienen pinta de enganchar más en disco que en directo y eso es MUY MALO.

Más tarde, despues de unas pulgitas de jamón y tercios de Mahou a 2 euros rodeados de vejetes (cosa que agradecí, ya que en Russian Red en otro teatro eran todo niñas modernas de colegio de pago), tocaron El Columpio Asesino, y yo aluciné un montón. Nunca los había oído y me imaginaba más rollo El Canto del Loco con un toque circus. Pero no.

La mala vida. Un sonido brutal, un guitarrista que se había metido muchas cosas por la nariz y tardó como 5 canciones en encontrarse, un bajista chulo, el Novoselic de Navarra, una rockera pamplonica vestida de negro y con medias de estas molonas que aporreaba los teclados, un batería cantarín más jevi que yo qué se, un percusionista con sombrero que tocaba la trompeta (de ahí me saqué yo el rollo circus, de la foto del panfletillo), etc etc. Y cómo sonaba aquello. Al final tocaron una versión de Vamos de Pixies y creo que es la mejor versión que he oído nunca. Y uno de los conciertos que mejor sonido y más alto recuerdo. Cuando salí a por mi pulga de jamón y mi Mahou repetía que aquel era el mejor concierto que había visto jamás. Fue impresionante.

Pero un buen concierto entierra otro, y despues salieron Low, un grupo de canciones preciosas y muy singular en directo. Me bajé a pié de escenario, apoyé mi cutre cámara en el borde mientras Alan tocaba Murderer, pero de los nervios y la emoción me puse a sudar como un pato. Me imaginaba a un enorme bouncer con pinganillo echándome a patadas del lugar. Cosas del super yo.


Le hice unas cuantas fotos y volví corriendo muy agachado y apurado a la segunda fila. Un momento mágico, porque yo soy muy flipado y mi vocación frustrada es la de periodista y fotógrafo. Una gozada.

Despues, tocó aguantar a dos idiotas que hacían comentarios entre canción y canción, y me dió mucha verguenza ajena. Zara Kebab se emocionó mucho en el concierto, sobretodo cuando cantaban Alan y Mimi a la vez. Era muy bonito, pero creo que casi nadie lo entendía. En fin, que a mí me dieron un poco de pena (cuando algo así te da pena he aprendido que el que realmente se da pena es uno mismo, y lo tengo asumido: ¿por qué habrían de darme pena unos señores que se dedican a lo que precisamente me gustaría dedicarme a mí, y que son considerados por mucha gente como unos genios?). Pero Mimi parecía aburridísima y Alan el pobre parecía que estaba en la misa del gallo. Lo único que dijo en todo el concierto fue, "es maravilloso estar aquí, en esta ciudad, ¿no oís las olas del mar?. Es el aliento de Dios". Pero es que, en Santander, lo más popular es Bustamante, y despues, la Fuente de Cacho (que está guay si hay calimocho o cerveza aguada de por medio, que yo soy del Racing, oigan, que me he pasado media vida en Santander,... aunque la gente sea de lo más stranger por allí,... y no es que yo viva en New York,... yo vivo en VALLADOLID).

Nos fuimos tratando de averiguar en qué hotel se quedarían Alan y Mimi, imaginándonos que se meterían en la cama y Mimi leería un poco y Alan vería unos capítulos de alguna serie de mormones, y llegamos al único bar indie de Santander, y allí nos topamos, cómo no, con los grandes triunfadores de la noche, los Stereotypo.

Una semana despues, o sea, el viernes pasado, fuimos a Madrid a ver el Primavera Club, y yo no tenía ni putas ganas. Pero cómo me lo pasé. Como un enano es poco. Cuántos gintonics bebí, qué bien me sentaron, cuántas canciones bailé y cuantas canté, como colofón, en un bar-superfiesta llamado La Antigua, donde ponían La Bola de Cristal, Nino Bravo, Camilo Sesto, Marisol, Rafaella Carrá, y un sinfín más de canciones que poco tienen que envidiar a OMD y otros grandes grupos del synth-pop de aquellos 80´s.

Los conciertos del Primavera molaron mucho, pero otro día los cuento... Sólo comentar que este señor enterró a Low, a todos los mormones, a Bustamante, a Marisol, a la Carrá y a El Columpio Asesino sin inmutarse.

2 comentarios:

david santos dijo...

Gran trabajo! Gracias por hacerlo!

Quería desearte una feliz navidad y que siendo amigos en el 2009!

Abrazos y no bajes los brazos nunca.

miriam chacon dijo...

Manolorl! qué bien volver a leer tus líneas! Me gusta este toque más personal (que incluye tus bebidas favoritas a razón del concierto) intercalado con tus sabias críticas (por lo menos a una vaga redomada como yo nos hacen ir a buscar referencias en youtube y similares!).
Solo una cosa ¡actualizate más! y apuntaros al TupperChristmasParty!
pd.El david santos ese me da una mala espina (perdón por el uso indebido de tu apellido) del copón, a otro compa tb le ha puesto ese comentario raro y lo hemos eliminado, su web, que se supone antipedofilia, parece todo lo contrario.